En todo el mundo, y especialmente en Europa, las ciudades se han convertido en un campo de batalla clave contra el creciente alcance y poder de las corporaciones multinacionales, argumenta la publicación colaborativa de organizaciones europeas de la sociedad civil y de medios, que forman parte de la red ENCO.
Desde la privatización del agua hasta Airbnb y Uber, pasando por la lucha contra la contaminación provocada por el diésel y el tráfico, hasta el fomento de una economía “relocalizada” -que no suponga otro negocio para llenar los bolsillos de accionistas remotos-, en Europa se está gestando una batalla que enfrenta a ciudades y ciudadanía contra multinacionales y el poder del mundo financiero.
Una innovadora serie de artículos coordinados por Corporate Europe Observatory (CEO) con sede en Bruselas, el Observatori del Deute en la Globalització (ODG) con sede en Barcelona, el Observatoire des multinationales con sede en París y el Transnational Institute (TNI) con sede en Ámsterdam, facilitado por la European Network of Corporate Observatories (ENCO), ofrecen una mirada integral a esta confrontación crítica entre ciudades (municipios progresistas, sociedad civil organizada y movimientos sociales) y el poder corporativo. Desde Barcelona hasta Berlín y desde Dubrovnik hasta Nápoles, incluye artículos escritos por activistas, periodistas, funcionarios y académicos de varios países europeos, disponibles en inglés, castellano y francés.
La publicación de artículos por separado se ha hecho en el blog ODG de El Salto:
Varias ciudades europeas aprovechan su capacidad de gasto como herramienta de cambio. Pero la contratación pública está regulada por directivas de la UE concebidas para favorecer al licitador que ofrece el precio más bajo, el más ‘competitivo’.
¿Qué lecciones podemos extraer de la experiencia de las “ciudades rebeldes” del Estado español en términos de confrontación con los poderes establecidos? Y, sobre todo, ¿cómo construir estrategias para un cambio efectivo y duradero con los movimientos sociales y la ciudadanía, más allá de la conquista del poder a nivel municipal?
¿Cómo se convirtió Francia, pionera en la privatización del agua? Ciudades como París y Grenoble no solo pusieron fin al dominio sobre el sector de las grandes empresas como Veolia y Suez, sino que fueron claves en la invención de una nueva generación de servicios públicos de agua, tanto en Francia como en el extranjero.
En un país donde los fabricantes de automóviles son los reyes y su influencia política es incuestionable, se está gestando una pequeña revolución. Ciudades alemanas toman medidas para prohibir los coches diésel antiguos e impulsar las infraestructuras de bicicleta.
Una ciudad globalizada como Barcelona puede optar por continuar su camino actual para convertirse en una “ciudad de exhibición”, esa que está ansiosa por complacer a turistas e inversores, o reconstruirse en base a la idea de una ciudad “ágora”, centrada en las necesidades y aspiraciones de su gente. La economía social y solidaria (ESS) tiene propuestas.
El modelo Preston: una ciudad británica pionera en contratación pública progresista. Hazel Sheffield
Preston, al norte de Inglaterra, duramente castigada por la desindustrialización y políticas de austeridad, ha optado por no depender más de inversores externos para su “desarrollo” y dar un giro radical en su contratación pública para mejorar la situación social y económica de la localidad y no de las grandes empresas.
Deuda: el grillete que aprieta al municipalismo, Yago Álvarez
Las medidas de austeridad, las imposiciones europeas y las Leyes Montoro bloquearon el margen de maniobra de los “municipios del cambio” colocando el pago de la deuda por encima del gasto social. Ha tenido que llegar el covid-19 para permitir que los ayuntamientos usen el superávit en servicios sociales y promoción social.
Neomunicipalismo en Nápoles. Ciudades contra poderes establecidos, Eleonora de Majo
Tras la infame “emergencia de la basura” de 2008, los ciudadanos de Nápoles eligieron a un alcalde municipalista que apostó por una ambiciosa política de remunicipalización y democracia urbana participativa. Pero las ciudades siguen solas en su lucha contra los poderes establecidos y contra la austeridad impuesta por la Unión Europea y los gobiernos nacionales.
Quitar los servicios de cuidados de las manos corporativas, Blanca Bayas
Las tragedias en las residencias de mayores, gestionadas por empresas como Clece (filial de ACS), visibilizan una crisis de cuidados existente antes de la pandemia COVID-19. De las luchas feministas en las ciudades surgen alternativas para una transformación del sistema que ponga la vida en el centro.
#RavalVsBlackstone, Max Carbonell
Se ha cumplido un año de esta victoria por el “derecho a la ciudad”, contra el poder financiero-inmobiliario y la industria turística. Movimientos sociales y de barrio se confrontaron en un pulso que duró días al fondo buitre Blackstone. Su ciudad, Barcelona, es objetivo clave y víctima de la industria mundial del turismo y de la propiedad.
Apagar el oligopolio eléctrico en el Estado español, Alfons Pérez
El sector eléctrico sigue dominado por un puñado de grandes empresas lo suficientemente poderosas como para imponer sus intereses y obstaculizar la transición energética. Los movimientos contra la pobreza energética y las cooperativas verdes muestran un camino hacia una mayor democracia energética, pero también se necesita un tercer pilar: la remunicipalización de las redes eléctricas.
Esta confrontación entre ciudades y multinacionales es un reflejo de las crecientes presiones sobre las autoridades locales y los espacios urbanos desde la crisis financiera de 2008. Esto incluye medidas de austeridad y recortes presupuestarios, la financiarización de la vivienda, el sobreturismo y cómo está afecta negativamente a la vida en urbes turísticas y cómo impacta el foco puesto en las ciudades por parte de compañías Big Tech y negocios de plataforma. Por otro lado, las ciudades y sus habitantes están desarrollando cantidad de políticas e iniciativas innovadoras y poderosas para responder a los desafíos globales, desarrollar la economía local, reducir su huella climática y ambiental y garantizar una vida digna para todos y todas.
“Ciudades versus multinacionales” demuestra que, en toda Europa, las ciudades y sus habitantes están tomando el timón del cambio social progresista y la justicia climática. Pero también ilustra los innumerables obstáculos que enfrentan al plantar cara a gigantes corporativos, desde el nivel nacional al de la UE. Las normas de la UE sobre contratación pública, por ejemplo, siguen siendo un obstáculo importante para los esfuerzos por impulsar el desarrollo económico local. Airbnb ha podido recurrir con éxito a los tribunales de la UE en su esfuerzo por evitar que las ciudades regulen efectivamente sus operaciones. Para empeorar las cosas, grandes grupos empresariales están presionando a la Comisión Europea para que imponga limitaciones aún más estrictas a las políticas municipales. El impacto de estos lobbies se visibiliza en el Plan de Acción para la Aplicación del Mercado Único, que la Comisión Europea presentó a principios de esta semana. El plan de acción incluye un nuevo impulso de la controvertida Directiva de notificaciones de servicios, una propuesta de ley que muchas ciudades europeas temen reduciría su derecho democrático a regular a los gigantes corporativos.