En 2018 desde el ODG y organizaciones del Estado español y europeas advertíamos sobre los peligros y mitos de la infraestructura gasista Midcat. Ahora, 4 años después, con su posible reactivación fruto de la crisis energética, actualizamos el análisis y concluimos que el MidCat no resolverá la crisis energética.
La invasión de Ucrania y la crisis energética han reabierto el debate sobre la alta dependencia de la Unión Europea de los combustibles fósiles provenientes de Rusia. La respuesta por parte de la Comisión Europea ha sido crear el plan REPowerEU, con los objetivos de diversificar los países de donde proviene la energía, ahorrar energía y el desplegar las energías renovables.
El REPowerEU se plantea en un contexto de doble emergencia: la climática y la dependencia de Rusia, donde se antepone la segunda a la primera. Este hecho ha impulsado el resurgimiento de infraestructuras gasistas, como el MidCat, la tercera interconexión con el Estado francés. Este gasoducto debe tener una capacidad de 7,5 bcm (miles de millones de metros cúbicos, unidad que se utiliza para el transporte y consumo de gas), que supone prácticamente el 20 % del gas fósil consumido en el Estado español en 20211 y un 4 % de las importaciones de gas fósil ruso por parte de la Unión Europea el mismo año.
En este documento analizamos las características de esta megainfraestructura y concluimos que:
- El MidCat no resolverá al problema del suministro de gas
- El MidCat no es una infraestructura sustancialment necessaria para la diversificación
- El precio del gas no bajará gracias al Midcat
- El MidCat no es un proyecto promovido para el interés común.
- No está demostrado y hay serias dudas sobre la posibilidad de transportar hidrógeno a través del Midcat