Los fondos Next Generation EU y los límites biofísicos


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El ODG analiza las implicaciones materiales de la transición ecológica financiada con los fondos europeos Next Generation EU y concluye que ésta no tiene en cuenta los límites biofísicos del planeta 

En nuestra nueva publicación “¿Los Next Generation EU respetan los límites biofísicos del planeta? FAQs sobre los PERTE y las materias primas críticas para la transición verde y digital« contrastamos las incoherencias del modelo de transición verde financiado a través de los fondos NextGenerationEU (NGEU) y su gestión por parte del Gobierno de España con la puesta en marcha de una transición ecosocial justa. Actualmente ni en los fondos NGEU, ni en su estrategia de fondo – el Pacto Verde Europeo –, se reconocen los límites biofísicos del planeta ni los impactos exteriores en países terceros que genera la extracción de los minerales necesarios para la transición verde y digital de la economía europea.

Los antecedentes

En julio de 2020, la Comisión Europea lanzó el paquete de ayudas públicas llamados fondos NextGenerationEU. El objetivo de los fondos NextGenerationEU no solo es financiar la recuperación económica después de los impactos generados por la pandemia de la COVID-19, sino la transformación de las economías de los Estados miembros –que arrastraban una situación de respiración asistida desde la crisis de 2008- y que no cumplían con los objetivos climáticos. Así, la Comisión Europea (CE) aprovechó el momento para condicionar la entrega del dinero a la modernización de las industrias y economías, como ya estaba previsto en su estrategia del Pacto Verde Europeo de 2019, indicando que esta modernización se debería llevar a cabo en clave de “transición verde y digital”: el 37% de los fondos deben destinarse a la transición verde y el 20% a la digitalización. 

A medida que el Gobierno de España va adjudicando los fondos a través de sus ministerios especialmente a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia se van manifestando los impactos climáticos, socioambientales y los límites del modelo de transición verde promovido por la Comisión Europea y el Gobierno de Pedro Sánchez.

Un modelo que choca con los límites del planeta

El modelo de transición basado en las tecnologías, la electrificación y la digitalización requieren una cantidad enorme de materias primas que choca con los límites biofísicos del planeta. Muchas son minerales calificados como materias primas críticas, que significa que pueden agotarse en un futuro próximo. Por ejemplo, en el caso de la promoción de la industria del vehículo eléctrico, España requeriría el 5,43% del litio y el 4,61 % de cobalto extraído anualmente si quisiera cumplir con el objetivo del PNIEC de tener 5 millones de vehículos eléctricos en circulación en 2030. 

El extractivismo de estas materias primas tiene graves impactos climáticos, ambientales y provoca la vulneración de derechos humanos en zonas de extracción, mayoritariamente en el Sur Global. Sin embargo, ni en los fondos NGEU, ni en su estrategia de fondo – el Pacto Verde Europeo –, se reconocen estos impactos exteriores en países terceros: no existen indicadores establecidos para medir el impacto global, mecanismos de control o medidas de reparación para las comunidades afectadas por parte del Gobierno de España, ni por parte de la Unión Europea. 

Las colaboraciones público-privadas al orden del día

Las inversiones en esta transición son canalizadas a través de los proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (PERTEs), que son grandes colaboraciones público-privadas que ponen por delante las necesidades de las empresas y los beneficios económicos al interés general. Ya hay 11 PERTEs aprobados que recibirán 32.293 millones de euros en subvenciones públicas. Sin embargo, a día de hoy no consta ninguna empresa en el registro oficial de Hacienda, que es el requisito más básico para garantizar un mínimo escrutinio público. Únicamente se conocen a través de la prensa los nuevos consorcios que se han creado para captar el dinero público con empresas impulsoras,como Repsol, Iberdrola (consorcio SHYNE Spanish Hydrogen Network) o Volkswagen y Seat (consorcio Future: Fast Forward).

Y entonces… ¿qué proponemos?

En nuestra publicación proponemos 5 propuestas concretas para revertir las injusticias e impactos negativos generados por el modelo de transición financiado por los fondos NGEU en pro de posibilitar una transición ecosocial justa. A parte de exigir una mayor transparencia y escrutinio público relacionado con las empresas beneficiarias, proponemos al Gobierno promocionar la minería urbana, el reciclaje de materiales y la extracción secundaria en detrimento a la extracción primaria. Fomentar la investigación y el desarrollo de diseños de productos que tengan en cuenta el ciclo de vida de estos, así como modelos de reutilización y reparación, favoreciendo los usos compartidos de los productos o promoviendo el consumo o uso de recursos locales. Además, el Gobierno y la Comisión Europea deberían poner en marcha políticas públicas que conlleven a escenarios de reducción de la demanda a corto plazo y de reparto justo de materias primeras críticas a escala global. 

    
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