En la semana internacional de la deuda queremos poner de relevancia la importancia de la interconexion entre la problemática de la deuda financiera y la emergencia climática. Infórmate y actúa!
La emergencia climática está alimentando la acumulación de deudas en los países del sur global. Los países que sufren los impactos de la emergencia climática, a pesar de ser los que menos han contribuido a ella, se enfrentan a mayores costes de endeudamiento dadas sus vulnerabilidades climáticas. No tienen casi ninguna otra opción que pedir préstamos para mitigar los impactos, para adaptarse y para la recuperación después de un fenómeno climático extremo, quedando así la carga financiera sobre los hombros del sur global.
Por otro lado, los países que han acumulado niveles de deuda insostenibles, han reducido el espacio fiscal y las oportunidades para invertir en adaptación y mitigación, así como para recuperarse de las pérdidas y los daños después de un desastre climático.
En ese contexto, una transición global hacia una economía más sostenible y equitativa no será posible sin una financiación climática sostenible, responsable, justa, que no genere más deuda y que no exacerbe las vulnerabilidades del sur global. Por ese motivo, necesitamos la cancelación de la deuda y un marco de resolución de la deuda justo para que los países puedan hacer frente a los retos del cambio climático y perseguir una recuperación verde e inclusiva.
En pocas palabras, la justicia climática no será posible sin la justicia financiera. Y la justicia financiera no será posible sin la justicia climática
Esto significa reconocer la deuda climática que el norte debe al sur global y proporcionar financiación climática suficiente y de calidad, así como la cancelación de la deuda. Pero la reparación de la deuda climática también tiene que ver con la restauración ecológica, el fin del extractivismo y el cambio hacia nuevos modos de producción, distribución y consumo. Se trata de cambios de sistemas.
¿Cómo participar?
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