El nuevo mapa de las infraestructuras gasistas promovidas por las empresas Snam y Enagás, con el apoyo de los gobiernos español e italiano y con financiación europea. Un análisis de Recommon y ODG.
Diez proyectos para continuar dependiendo de los combustibles fósiles
5 regasificadoras y 5 gasoductos entre la Península Ibèrica e Italia estan entre los planes para transportar gas fósil a la Unión Europea. En un momento crucial para abordar la emergencia climática, la respuesta de las instituciones continua siendo depender de los combustibles fósiles.
El gasoducto Livorno- Barcelona consiste en una conexión entre el puerto de Livorno con una terminal de gas natural licuado (GNL) en Barcelona. Lo anuncian como una posible ruta para que el GNL (Gas Natural Licuado) importado inicialmente por el Estado español llegue al mercado europeo. La terminal de Barcelona es la que tiene mayor capacidad de importación a nivel europeo, con más de 17.000 millones de metros cúbicos de gas fósil (17 bcm por su acrónimo en inglés).
También se propone un gasoducto «virtual», que utilizaría una Unidad Flotante de Almacenamiento y Regasificación (FSRU) -un gran barco que almacena el GNL antes de trasladarlo a tierra firme- ya anclada en las afueras de Livorno. Las empresas española e italiana responsables de las infraestructuras de gas fósil (Enagas en el Estado español y Snam en Italia) han firmado un memorando de entendimiento sobre el gasoducto, y se están realizando estudios de viabilidad.
Este no es ni mucho menos el único proyecto de gas fósil propuesto como respuesta a la crisis energética europea. También está previsto construir FSRU similares en Italia. Snam ha comprado una FSRU para anclarla en Piombino capaz de almacenar 5.000 millones de metros cúbicos de GNL y se está adquiriendo un barco similar para Ravenna, en la costa adriática.
La propuesta de construir un gasoducto entre el Estado español e Italia es también, en parte, un intento de presionar a Francia para que respalde el gasoducto MidCat, una tercera conexión entre las redes de gas fósil de Francia y el Estado español que estaba paralizada. El gasoducto se propuso por primera vez hace más de una década, y ya se ha construido un tramo de 90 km en Catalunya.
¿Cómo se finanzaran estos proyectos?
Esta nueva apuesta se pretende sostener a través del plan REPowerEU de la Comisión Europea. En teoría, el plan pretende que Europa pase a utilizar fuentes de energía más fiables y acabe con su dependencia de las importaciones de combustibles fósiles rusos tras la invasión de Ucrania.
El REPowerEU lo hace dejando de lado otras políticas de la UE, como el Europen Green Deal o el plan «Fit for 55» para la transición a una economía más ecológica. Desvía la financiación del fondo de recuperación de la pandemia NextGenerationEU para apoyar la aceleración en la implementación de proyectos de gas fósil, como el gasoducto que conecta Livorno y Barcelona. Los objetivos se han movido: lo que antes eran planes para ecologizar el sistema energético de Europa han pasado a ser principalmente para asegurarlo a un coste cada vez mayor para el medio ambiente.
Además de los 245.000 millones de euros prometidos, procedentes del «Green Deal» europeo, del paquete «Fit for 55» y de NextGenerationEU, el REPowerEU propone peligrosamente utilizar casi 40.000 millones de euros de otros flujos de financiación pública y medidas existentes a nivel de la UE. Todos estos instrumentos podrían movilizarse para financiar nuevas energías renovables que reduzcan la dependencia de Rusia, o las dañinas infraestructuras de combustibles fósiles que aceleran la crisis climática.