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Contra la economía de la deuda


“Sólo los deudores pueden liberar a los deudores de su deuda” (del poema de Bertold Brecht, “Todo o Nada“).

George Caffentzis, filósofo de la deuda y del dinero empieza por su conclusión:

El movimiento de Justicia Global de la década de los 1990 y principios de los 2000 se centró en la deuda pública o nacional. Es hora de que sus herederos se alíen con los movimientos incipientes que luchan contra la microdeuda que se desarrolló después de la crisis de 2008 con el fin de presentar un desafío para toda la economía de la deuda.

Para hacer mi argumento a favor de esta conclusión política comienzo por distinguir dos tipos de deuda – microdeuda y macrodeuda – y por definir la noción de una economía de la deuda…

La macrodeuda no es sólo cuantitativamente grande (se mide al menos en millones, si no miles de millones de dólares), sino que se incurre en forma colectiva en nombre de una entidad corporativa como una nación. La deuda nacional, por ejemplo, es colectiva, ya que es una deuda que el gobierno de un Estado-nación asume, que compromete de forma automática a todos sus ciudadanos a ser responsables de pagar el préstamo, aunque muchos ciudadanos se opongan abiertamente a que el Estado tome prestado este dinero.

        La microdeuda es cuantitativamente pequeña (medida en cientos o miles de dólares) y se presta a las personas; en mi definición, la ” microdeuda ” incluye lo que los estadísticos económicos llaman “deuda de las familias”, así como la deuda de “microcréditos” que se incurre cuando las personas prestan dinero para llevar a cabo actividades “de generación de ingresos”. Debemos recordar que aunque la microdeuda viene en paquetes pequeños, cuando se suma alcanza billones de dólares. Por tanto, la deuda de los hogares en los EE.UU. en 2010 ascendió en total a cerca de 13 billones de dólares!

En las últimas décadas los movimientos que han estado implicados en la resistencia a la microdeuda han sido bastante separados de los movimientos que resisten la deuda pública / nacional. Considere la diferencia, por ejemplo, entre dos de los movimientos antideuda más importantes de la década de los 1990: el Movimiento El Barzón en Méjico y el movimiento Jubileo Global.

El Barzón se centró en la multiplicidad de las deudas en el nivel micro como las de los consumidores, de vivienda, de la pequeña empresa y de los agricultores. Con una campaña enérgica y creativa, que obligó al gobierno mejicano a renegociar con más de cinco millones de deudores los términos de su deuda en su beneficio.

El movimiento Jubileo fue dirigido en gran medida contra un solo tipo de deuda -deudas públicas / nacionales odiosas, injustas, y macro de los Estados poscoloniales – y contra las condicionalidades que el Banco Mundial y el FMI imponen a los gobiernos de las naciones endeudadas para recibir nuevos préstamos y continuar pagando su deuda pública, evitando así ser expulsados ​​del sistema de crédito internacional. El movimiento pidió un ” Jubileo ” (el antiguo nombre hebreo de la cancelación periódica de las deudas) en el Sur Global.

Pese a que los movimientos contra las macro y micro deudas han operado en gran medida separados recientemente, la economía de la deuda ha crecido de manera exponencial en todo el planeta en los últimos treinta años. Por una “economía de la deuda” me refiero a una que requiere que la mayoría de los trabajadores tengan que endeudarse sólo para reproducirse. De hecho, es una economía demoníaca donde no sólo somos explotados, sino que se espera que nos endeudamos para seguir siendo explotados! En Estados Unidos los trabajadores y las trabajadoras comenzaron a endeudarse con los bancos sólo desde el surgimiento del keynesianismo después de la segunda guerra mundial, es decir, en un momento en que los salarios reales estaban subiendo y había garantía de empleo generalizada (para los hombres blancos, al menos). La economía de la deuda surge tras la crisis del keynesianismo en los años 1970 con una mezcla diabólica: cuando los salarios reales están cayendo y el empleo se vuelve precario, mientras que la necesidad de pedir prestado para reproducirse uno mismo y la comunidad persiste, incluso se intensifica.

El problema de la lucha contra la economía de la deuda es que las micro y macro deudas en última instancia trabajan juntas en este sistema para atrapar de por vida a miles de millones de trabajadores para el capital. En una economía de la deuda, por lo tanto, asumir una forma de deuda significa tomarlas todas.

El Banco Mundial: de deuda ” Macro” a “Micro”.

Para establecer la premisa de que las micro y macro deudas están relacionadas entre sí en una economía de la deuda, comienzo la historia de la deuda en 1982, cuando los planificadores de alto nivel del sistema capitalista veían en la ” crisis de la deuda ” – causada súbitamente por un salto en todo el mundo en los tipos de interés – una manera de contrarrestar de manera decisiva los próximos pasos del movimiento anticolonial. Un paso destacado en aquel momento era la formación de una alianza de los gobiernos poscoloniales en apoyo del que se llamó el Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI) en la década de los 1970. Los gobiernos nacionales que apoyaron al NOEI argumentaron que las naciones que fueron colonizadas merecían reparaciones de las potencias coloniales para compensarlas por el robo durante siglos de su riqueza, desde los recursos minerales hasta la fuerza de trabajo.

Esta discusión se convirtió en académica cuando la trampa de la deuda fue accionada en 1982. Se ahogó el NOEI y en lugar de recibir reparación por el escándalo del colonialismo como se exigió a las declaraciones del NOEI, se exigió a los antiguos pueblos colonizados pagar, no sólo el capital y los intereses sobre los préstamos dados por los bancos y gobiernos de los ex-dueños coloniales, sino que se puso sus economías bajo la supervisión directa de funcionarios del Banco Mundial y del FMI -los representantes de sus antiguos dueños- que supervisaron Programas de Ajuste Estructural (PAE) que impusieron la reducción de los gastos gubernamentales dedicados a la reproducción de clase trabajadora, la privatización de todos los activos del gobierno, y poner fin a todas las restricciones a los flujos de capital .

La respuesta masiva a esta vuelta a la situación colonial fue una serie de “disturbios en contra del FMI” (que eran explosiones de ira de los deudores en contra del pago de la deuda pública acumulada injustamente) que comenzó a mediados de la década de 1980 en lugares como la zona del cobre de Zambia, y que alcanzó su punto álgido con la insurrección del “caracazo” de Venezuela en 1989. Las manifestaciones contra la deuda que llevaron a millones a la calle pudieron darse espontáneamente debido a la clase de deuda que estaba en cuestión. Ya que la deuda pública (a diferencia de la deuda de los hogares) era propiedad de todos los ciudadanos y ciudadanas. Los organizadores de estas manifestaciones contra los PAE podían estar seguros de que todos los involucrados eran “deudores públicos o nacionales” y que la deuda pública no era una deuda de la cual uno estuviera personalmente avergonzado. Uno podía justificada y abiertamente odiar esta deuda. De hecho, en lugar de ser la fuente de la división, la deuda nacional se convirtió, por un período de tiempo, en una fuente de unidad.

La resistencia insurrecta a pagar la deuda pública a menudo era derrotada violentamente, pero el resentimiento iba impregnando la vida cotidiana. El Banco Mundial y el FMI se quejaron de que las personas “pobres” de los países endeudados no se hacían suyas las políticas de ajuste estructural que estas instituciones financieras idearon como condicionalidades para recibir préstamos para pagar la deuda nacional. Esta fue la respuesta eufemística de los funcionarios del BM / FMI “al odio expresado en contra de ellos en los millones de pancartas en docenas de idiomas que decían una y otra vez: ” El Banco Mundial y el FMI son la píldora de la muerte para los nigerianos, para los mejicanos, para los egipcios, para….”

Este “no hacerse suyos los PAE” en realidad quería decir, sin embargo, que los programas de ajuste estructural concebidos por el BM / FMI no lograron disciplinar la resistencia “de los pobres”. Los “pobres urbanos” no pudieron ser asustados por la pérdida de un trabajo y un salario estable, ya que nunca lo tuvieron. Los “campesinos pobres” no pudieron ser fácilmente expropiados para pagar la deuda porque la tierra que utilizaban era en gran parte de los cultivos de subsistencia y era de propiedad comunal o familiar, a menudo sin títulos de propiedad. Los “pobres” estaban , a la vez, perpetuamente en movimiento entre la ciudad y el campo, evadiendo continuamente los controles de carretera y los controles fronterizos para preservar las tierras comunales tradicionales y crear nuevos comunes en las periferias de las megaciudades de América Latina, África y Asia. El inmenso valor que estos trabajadores habían creado con su trabajo se disipaba y se perdía en el proceso de acumulación que el BM y el FMI habían propuesto expandir.

Este mundo fuera del alcance de los PAE era el área de investigación para muchos antropólogos postcoloniales que ya no se limitaban a investigar los sistemas de parentesco, sino que comenzaron a estudiar los nodos y las estructuras de la “economía informal”, así como las diferentes prácticas culpabilizadoras utilizadas en todo el mundo “subdesarrollado” contra los deudores morosos en préstamos de amigos y / o familiares. La antropología volvió pues a ser útil para la expansión de las relaciones capitalistas. Pero en lugar de espiar la política de la selva y la favela, como muchos hicieron en la Guerra Fría, este estudio estudió las complejas formas de la economía de la selva y la favela, que hacían posible que los pobres hicieran lo imposible: sobrevivir con un “dólar al día.” Esta era la “materia oscura” del mundo económico y el Banco Mundial quería penetrar en ella.

La respuesta del Banco Mundial a la resistencia y la evasión de los PAE fue ampliar los tipos de deuda de los que se ocupa. Se movió de concentrarse en el nivel macro – gubernamental y empresarial – hacia abajo en el nivel micro de las relaciones sociales, para atrapar a los pueblos de los países “ajustados”, con microcréditos y otras relaciones monetarias que los atarían personalmente dentro del sistema capitalista, capturando el valor que producen y disminuyendo su imaginación en cuanto a alternativas, de modo que ni siquiera pudieran soñar en otro mundo, ¡y mucho menos hacerlo realidad! El Banco Mundial dejó atrás los grandes proyectos de infraestructuras capitalistas (como presas y carreteras) en que centró la financiación en la década de los 1950 y comenzó a apoyar los esquemas de “microcréditos” diseñados en el Grameen Bank de Mohamed Yunus, y luego pasó a apoyar la “microfinanciación ” y “la inclusión financiera.” En la década de los 2000, lo “micro” se convierte en el nuevo objetivo del pensamiento del Banco Mundial y los pobres escurridizos se convierten en el objetivo oscuro de sus deseos.

Cuando el Banco se pregunta: “¿Qué mantiene a los pobres pobres? “, su respuesta actual raya en el tautológico: “los pobres son pobres porque no tienen dinero… y porque no saben cómo usarlo cuando lo reciben prestado.” Esto no es cierto, por supuesto, ya que “los pobres” en las sociedades comunales intactas han inventado muchos medios para los que necesitan acceder a la riqueza común (desde el circuito de obsequio a la tontina). Los banqueros del mundo quieren sustituir estos sistemas “informales” estudiados por los antropólogos, con un nuevo sistema de “inclusión financiera”, es decir, financiarizando la reproducción social. Ellos ven una nueva y vasta área de expansión económica para el capitalismo y ahora están predicando una versión financiarizadora del proyecto de Hernando de Soto de atacar a los bienes comunes de los llamados “pobres” con el fin de capitalizar sus tierras.

Como se indica en la publicación del Banco Mundial, “Microfinanzas e Inclusión Financiera”, en 2013: “Con 2.500 millones de adultos que no tienen acceso a los servicios financieros, la mejora del acceso a la financiación ofrece muchas oportunidades de desarrollo.” El Banco ve en estas 2.500 millones de personas (¡un tercio de la humanidad!) un ejército potencial de nuevos candidatos para la “inclusión financiera” que le permita la penetración más profunda de las relaciones capitalistas en los ámbitos de la vida cotidiana donde hay un enorme campo para la creación de valor, “capturado” de forma ineficiente por el actual sistema capitalista. Cada vez más, las microdeudas -los préstamos a hogares, microempresas y negocios de tamaño pequeño y mediano- se ha convertido en un foco de atención del Banco Mundial. Esto se debe a que el Estado y la clase de los capitalistas afirman que la austeridad es necesaria para escapar del impago de la deuda pública, donde “la austeridad” significa su negativa a devolver una parte de la plusvalía que expropiaron, para la reproducción de la clase obrera. Por tanto, toda la carga de la reproducción social de la fuerza de trabajo recae en el individuo, la familia, la comunidad y la clase obrera en su conjunto. Esta negativa del Estado a ser el primer inversor en la reproducción social ha llevado a una reducción de los salarios y un aumento agregado de microdeudas sólo para mantenerse con vida en los países del sur y, ahora también , en el norte global, dada la reciente implementación de las crisis la deuda pública / nacional, seguidas por el escenario de ajuste estructural aplicado sobre los pueblos de Grecia, España, Portugal e Irlanda. El Banco y sus visionarios ahora ven que su terreno no es sólo el nivel macro de los PAE, sino también es el nivel micro del flujo monetario entre el trabajador y las entidades financieras. Juntos crean la economía de la deuda.

Hacia un movimiento en contra de la economía de la deuda.

Es hora de que aquellos que se identificaron con la lucha contra la deuda pública / nacional de dar este paso y unirse en contra de las deudas micro, que es un movimiento de la deuda que comenzó a desarrollarse en respuesta a la crisis financiera de 2008 y más allá de eso, en muchos países incluyendo los EE.UU.. La experiencia fundamental detrás de este movimiento fue la asimetría entre los destinos de las grandes ( “demasiado grandes para quebrar “) corporaciones capitalistas y los (“demasiado pequeños para ser rescatados”) trabajadores, especialmente en los EE.UU.. Las corporaciones recibieron billones de dólares del gobierno para continuar con vida, mientras que siete millones de viviendas fueron embargadas y siete millones de deudores de préstamos estudiantiles han dejado de pagar.

Tuve la oportunidad de presenciar un principio de este movimiento en los campamentos Occupy! en los EE.UU. durante el otoño de 2011. Occupy! fue la primera protesta organizada contra el destino marcado por la deuda basado en la clase, en la crisis de 2008. Aunque no fue explícitamente un movimiento contra la deuda y que no exigía un Jubileo (es decir, la abolición de todos los deudas), me di cuenta por primera vez en mi experiencia política de que los ocupantes escribieron muchas frases como “yo debo $ 70.000 de préstamos estudiantiles” y “mi deuda médica es de 5.000 dólares” en sus pancartas. Además, la deuda se convirtió en un tema importante en las charlas y conversaciones en las tiendas de muchos otros campamentos Occupy! que tuve la suerte de visitar desde Maine hasta California. No es de extrañar entonces, que en los últimos días de la ocupación de Zuccotti Park en Nueva York una organización en particular naciera y reuniera algunas de las energías políticas de la Ocuppy! dirigiéndolas en contra de la deuda estudiantil: el Occupy Student Debt Campaign (OSDC). El objetivo de la organización de la campaña fue el de construir hacia una huelga en contra de la deuda de los préstamos estudiantiles y pedir la educación universitaria pública y gratuita. El OSDC formalizó las energías de Occupy! en una promesa: ” Dejaré de pagar mi deuda de préstamos estudiantiles si un millón de personas hacen lo mismo.” Teniendo en cuenta el hecho de que ya había alrededor de siete millones de morosos de la deuda de préstamos estudiantiles, había esperanza de que esta promesa condicional sería la fundación de un movimiento masivo, deudores de préstamos estudiantiles visibles y radicales”.

Esto no sucedió. Después de muchos meses de campaña sólo unos 6.000 deudores firmaron el compromiso, aunque había millones de personas “invisibles” que habían impagado sus deudas de préstamos estudiantiles ya, y legalmente se enfrentaban a problemas fruto de su incumplimiento, que no deberían haber enfrentado si simplemente hubieran firmado la petición OSDC. ¿Por qué pasó esto? Algunos de los miembros de campaña hicimos la hipótesis de que aún había mucha vergüenza en declarar públicamente que uno es deudor, sobre todo entre aquellos que no pueden seguir el ritmo de sus pagos. Había también mucho miedo de que revelar abiertamente la propia condición de moroso de la deuda tendría consecuencias represivas, ya que ésta tenía que enfrentarse a solas.

        Esta situación plantea el problema de cómo la masa “invisible” de los deudores podría transformarse en agentes “visibles” que rechazan abiertamente la economía de la deuda en su totalidad. Después de mucha discusión entre las personas cercanas a la OSDC el verano de 2012, una nueva organización se puso en marcha con el objetivo de llevar a cabo esta autotransformación de lo invisible a lo visible. Esta organización se llama “Strike Debt” (SD) (www.strikedebt.org). Los dos proyectos que SD inició inmediatamente fueron: (1) la investigación, la escritura y la amplia distribución de un manual de 122 páginas, titulado “Manual operativo de las resistencias de la deuda” (DROM) que encuestó a todos los diferentes círculos del infierno de la deuda, desde “agencias de calificación de crédito” , a la deuda médica, a las agencias de cobro de deudas, hasta la “financiación alternativa ” y (2) lo que llamamos los Rolling Jubilee ( RJ ).

El RJ es un uso político ingenioso del mercado secundario de préstamos en mora que convierte las herramientas del capital financiero contra sí mismo. Funciona de la siguiente manera. Cuando un préstamo está en mora, el banco que ofreció el préstamo está a menudo dispuesto a venderlo en un mercado secundario por sólo unos céntimos por cada dólar que le costó. Muy a menudo una agencia de cobros “buitre” está dispuesta a comprar el préstamo a un precio muy reducido (de 2 a 5 céntimos por cada dólar) y hacer uso de todos los trucos a su alcance para exprimir el cobro de la mayor cantidad posible en la parte morosa.

¿Por qué no debería poder una organización antideuda por motivos políticos como SD comprar estos préstamos en el mercado secundario al mismo precio de céntimos por cada dólar que las agencias de cobro compran, y luego cancelarlo – en vez de tratar de cobrarlo? Descubrimos que de hecho, ¡podemos! Tras consultar con los abogados de impuestos, agencias de cobro “traidoras” y otra gente con conocimientos, SD decidió seguir adelante y fundar una organización que comprara la deuda para cancelarlo. Se le llamó el “Rolling Jubilee (Jubileo rodante)” y comenzó a rodar en otoño de 2012. El primer paso fue comprar y cancelar $ 5.000 dólares en deuda médica. Después de una microfinanciación telefónica en noviembre de 2012, RJ recibió más de 500.000 dólares en donaciones (de muchos que, sin duda, eran deudores de sí mismos) para volver a comprar y liberar a los deudores elegidos al azar de su deuda médica. Aquí de hecho encontramos la realización de la sabiduría brechtiana del epígrafe, “sólo los deudores pueden liberar a los deudores de sus deudas.” En total, en estos momentos, RJ ha comprado y cancelado más de $ 12 millones de dólares en deuda médica de más de dos mil personas y hay más por venir.

La idea detrás de ambos DROM y RJ es atacar tanto a la vergüenza y el miedo que frena millones a hacer la transición desde el impago invisible de los préstamos particulares a el rechazo abierto a toda la economía de la deuda. El DROM quiere proporcionar a los afectados por la deuda el conocimiento sobre el terreno de la deuda que están atravesando, para tranquilizarlos, haciéndoles saber que no hacen el viaje solos, ni sin un mapa y una brújula.

Algunos podrían objetar que el RJ no cambia ninguna de las estructuras fundamentales del capitalismo financiero. Por ejemplo, el RJ primero compra la deuda antes de cancelarla. No es como si la deuda se cancelara a secas como en un jubileo de la deuda. Pero el RJ no es ni pretende ser una estrategia directa para “derribar” el sistema financiero ni es una sutil “bala mágica” que puede subvertir Wall Street y llevar a los estafadores a su perdición. Demuestra a los deudores, sin embargo, que con la solidaridad podemos ser liberados de la deuda y deslegitimar toda la “industria” financiera, desde los bancos “demasiado grandes para quebrar “hasta la agencia de préstamos más pequeña”, ya que plantea la traumática pregunta : “¿Cuál es el valor real de mi deuda?”

En conclusión, los movimientos de los deudores se están formando para enfrentar el crecimiento de una “economía de la deuda.” Ahora es el momento de reunir a los movimientos contra la deuda “macro”, con los que luchan contra la deuda “micro”. El Banco Mundial consideró el valor de lo “micro” hace años en la promoción de la economía de la deuda, por lo que ahora tenemos que ser nosotros y nosotras los que nos ocupamos de su desmantelamiento.

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