Un nuevo informe publicado por la coalición de organizaciones Counter Balance, de la que forma parte el ODG, muestra que es demasiado pronto para llamar al Banco Europeo de Inversiones (BEI) el «Banco Climático de la UE».
El BEI planea convertirse en el «Banco Climático de la UE» y alinear todas sus operaciones con los objetivos del Acuerdo de París mediante la creación de una hoja de ruta climática. Está a punto de finalizar una consulta pública sobre el tema, en la cual organizaciones de la sociedad civil pidieron que el banco tome medidas concretas para convertirse en un líder climático.
Tras un progreso sustancial a finales de 2019, con una prohibición sin precedentes de la mayoría de las ayudas a los combustibles fósiles, el BEI ha obtenido reconocimiento significativo por sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático. Aún así, el banco todavía tiene pendiente cumplir con sus compromisos climáticos.
La transformación del BEI en el «Banco Climático de la UE» es aún más importante teniendo en cuenta el papel emblemático que desempeñará en el paquete de recuperación económica de la UE en respuesta a la crisis del Covid-19.
El informe “The ‘EU Climate Bank’ – Greenwashing or a banking revolution?” (el ‘Banco Climático de la UE’ – ¿Lavado verde o una revolución bancaria?) arroja luz sobre los numerosos proyectos perjudiciales para el medio ambiente y la sociedad que todavía son apoyados por el BEI y destaca los pasos clave necesarios para su transformación genuina.
El BEI sigue apoyando proyectos altamente contaminantes, especialmente en los sectores de la energía y el transporte. El apoyo actual para aeropuertos y autopistas es absolutamente incompatible con los objetivos del ‘New Deal’ Verde Europeo y los compromisos del BEI de alinearse con el Acuerdo de París.
Entre 2016 y 2019, el BEI financió operaciones con altos niveles de carbono por valor de 28.700 millones de euros solo en los sectores de energía y transporte. En el sector del transporte, esto incluye más de € 4 mil millones en préstamos para la expansión de aeropuertos, € 10,65 mil millones para construir o expandir carreteras, autovías y autopistas, y € 2,83 mil millones en inversiones contaminantes para el sector marítimo. El informe también expone algunas lagunas de la nueva política de préstamos al sector de la energía que todavía permite al banco continuar apoyando las infraestructuras de energía nuclear y combustibles fósiles.
En este contexto, 34 organizaciones expresaron recientemente preocupaciones al presidente del BEI en una carta abierta sobre la falta de medidas claras para detener estas actividades contaminantes, en un documento de posición publicado por el banco en junio. En la situación actual, el BEI no está considerando seriamente prohibir métodos de transporte intensivos en carbono.
Lo que el BEI etiqueta como ‘acción climática’ con demasiada frecuencia incluye proyectos insostenibles. El informe revela áreas clave donde existen serios riesgos de que el banco respalde «prácticas de lavado verde». Entre otros, esto incluye la falsa promesa del gas verde, los mitos de la aviación verde y los riesgos asociados con las soluciones basadas en la naturaleza.
«Si el BEI se toma en serio la tarea de convertirse en el ‘Banco del Clima de la UE’, debe tomar medidas urgentes para garantizar que sus inversiones no financien proyectos que supongan daños adicionales para las personas y el medio ambiente. Pero lo que el BEI ha revelado hasta ahora sobre su futura Hoja de Ruta Climática, ésta dista de cumplir con sus compromisos climáticos. El papel que el Banco está por desempeñar en la recuperación económica tras la crisis del Covid-19 debería ayudar a contribuir a una transición justa y equitativa y no dilapidar sus compromisos climáticos”.
Es es un momento crucial para las finanzas públicas de la UE. Hacemos un llamado al Presidente del BEI y a los accionistas del banco para que no pierdan esta oportunidad histórica. Ahora es el momento de transformar verdaderamente el BEI en el «Banco del Clima de la UE», convirtiéndose en una institución más sostenible, democrática y transparente.
El informe completo en inglés está disponible aquí.