«Nada es tan poderoso como una idea cuando ha llegado su hora», Victor Hugo.
Es así como nos sentimos muchas personas alrededor del mundo. El cambio de paradigma se acerca, y ya no hay nada que pueda pararlo. Estamos en los inicios de la fase de superación del antropoceno, para recuperar la conciencia de que somos mucho más que civilizaciones desarrollistas y depredadoras; somos miembro y parte de algo mucho más grande, y de lo que dependemos para nuestra supervivencia y buen vivir. La Pachamama. Un término aimara y quechua, que significa madre ‘tierra, mundo, universo, tiempo y época’. Algunas culturas nunca han olvidado esto. Nosotros, desde nuestra civilización occidental moderna hace siglos que amputamos nuestra conexión con ella. Ahora es el momento de reconectar y luchar; por ella, por nosotros y para las generaciones que vienen, con toda la energía de las jóvenes que con una lucidez abrumadora se dirigen a unos políticos capturados por intereses corporativos para decirles que ya no les creen, que no están haciendo nada para asegurar nuestro futuro, y que ahora, más que nunca, nos toca a nosotras hacerlo.
Desde el Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG) identificamos la crisis climática como la amenaza más grande que ha tenido que hacer frente la humanidad en el transcurso de su historia, y hay que atender con urgencia, tal como han anunciado los últimos informes publicados por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC). La envergadura y transversalidad de esta crisis afecta a todos los sectores económicos de la sociedad, cuestionando el actual sistema socioeconómico capitalista. La causa de haber llegado a esta situación ha sido la utilización de combustibles fósiles como motor económico, desatento a los límites biofísicos del planeta y las capacidades de carga de los ecosistemas. Como ya han anunciado estudios y autoridades académicas, la industria fósil es la principal generadora de gases de efecto invernadero y contribuidora al calentamiento global. La extracción de combustibles fósiles también supone la profundización de las desigualdades entre regiones del planeta, ya que los países donde se extrae se encuentran en el Sur Global, que son quienes acaban sufriendo los impactos medioambientales y sociales asociados a esta práctica. Además, también crea una mayor desigualdad interna en estos países, ya que son las élites nacionales y transnacionales las que se enriquecen, mientras que las comunidades locales sufren la maldición de la abundancia: viven en países ricos en recursos energéticos que los empobrecen . Estos impactos se ven agravados en el caso de las mujeres, que tienen menor acceso a los espacios de toma de decisiones y ven vulnerados sus derechos de manera sistemática. Toca hacer un esfuerzo mastodóntico para cambiar el actual modelo socioeconómico capitalista, patriarcal e injusto medioambiental y socialmente. Necesitamos caminar hacia el drecrecimiento, con una perspectiva ecofeminista que ponga la vida, y no los beneficios, en el centro.
Con todo ello, desde el ODG nos sumamos a las acciones y actividades que se están organizando durante la semana del 20 al 27 de septiembre y también a la huelga climática global convocada para el 27 de septiembre por parte del movimiento climático estudiantil Fridays for Future. El 27S es la primera huelga climática que no sólo comprende la comunidad estudiantil, sino que interpela al resto movimientos climáticos y colectivos y movimientos de otras luchas sociales. Este hecho supone una oportunidad de hacer red para que entidades, colectivos y movimientos sociales tomen la lucha contra la crisis climática de manera transversal. Nos vemos en la calle.
¡Seguimos!
Equipo ODG.
Manifiesto 27S huelga mundial por clima.
Web Emergència Climàtica con el programa para Barcelona.
El ODG está presente en el movimiento 2020 Rebelión por el Clima, Alianza por el Clima y Alianza por la Emergencia Climática. Junto a Fridays for Future, impulsamos la convocatoria.
Para el día en que hay convocada la huelga, ODG cerrará su oficina, y por tanto, no ofrecerá atención telefónica ni por correo electrónico.