Análisis y previsiones para un invierno crudo en el continente
Desde el Observatori del Deute en la Globalitazció llevamos más de 10 años analizando las políticas energéticas de la Unión Europea, y actualmente tenemos que advertir de que nos encontramos en un momento sin precedentes en cuanto a la crisis energética. Una crisis causada por múltiples elementos, que van desde la guerra en Ucrania y el papel de Rusia en el mercado energético, hasta la escasez de los combustibles fósiles.
En este documento que hemos elaborado oferecemos un análisis y algunas previsiones de como puede ser el invierno en el continente con una crisis energética agravada por el contexto político, una crisis económica y social a la vuelta de la esquina y una emergencia climática cada vez más visible.
Subida de precios, racionamiento y objetivos climáticos en un segundo plano
La combinación de los diferentes elementos expuestos en el documento hacen prever una situación crítica en la Unión Europea en los meses de invierno. Los precios al alza del gas, de los derivados del petróleo y la electricidad están prácticamente garantizados. Las contenciones que se puedan generar desde las administraciones públicas pueden empeorar la situación de deuda pública y aún y así, pueden ser insuficientes para frenar las subidas de precios.
Ahora bien, lo que más preocupa es la posible interrupción de suministro del gas. Cabe decir que no afecta por igual a todos los estados miembros. Alemania se encuentra en la situación más frágil porque forjó una relación directa con Rusia para conseguir gas más barato. El Nord Stream 1 le ofreció una ventaja competitiva que ahora se ha convertido en dependencia e incertidumbre.
La acción conjunta para reducir las dependencias rusas del conjunto de la UE, el REPowerEU, transforma la transición energética en la seguridad energética. En el cambio de prioridades, incorpora las inversiones en gas, petróleo y el uso de las capacidades del carbón y de la energía nuclear. Lo justifica porque dice que la UE sufre una doble emergencia: la climática y la dependencia energética de Rusia; pero en ningún momento apunta a las causas de la segunda. Además, las soluciones propuestas tienen un componente de dimensión exterior que afectará a terceros países y territorios del Sur Global.
Con todo, el proceso de llenado de los almacenes de gas es más lento de lo esperado. Rusia sigue teniendo la capacidad de inducir escasez y, dependiendo de las condiciones meteorológicas del invierno de 2022-23, la Unión Europea se puede encontrar ante una crisis energética sin precedentes. Las respuestas institucionales a modo de planes de choque pueden frenar momentáneamente la caída, pero es necesario pensar en políticas que miren más allá, que respondan a la crisis energética, pero a su vez, a la emergencia climática y social existente.