La semana próxima iniciará sus trabajos la Comisión de la Auditoría de la deuda griega, impulsada por la presidenta del parlamento Zoe Konstantopoulou y con la experiencia ecuatoriana de auditoría integral (2008) como punto de referencia. Algunos de los activistas y estudiosos que ya participaron en la auditoría de la deuda promovida por Rafael Correa, como Éric Toussaint, María Lucía Fatorelli o el Observatorio de la Deuda en la Globalización, aportarán sus conocimientos al caso griego. Algunos de los escándalos que se someterán a examen (1967-1974) son las deudas contraídas durante la dictadura de los coroneles, los sobrecostes de las olimpiadas de 2004, el precio abonado por submarinos defectuosos, los contratos suscritos con la transnacional Siemens y el falseamiento de las cuentas públicas al que contribuyó Goldman Sachs.
A la Comisión de la Auditoría griega asistirá como invitado Sergi Cutillas, miembro de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD) y del Observatori del Deute en la Globalització (ODG). “Más pronto que tarde el gobierno griego deberá decidir entre austeridad o impago de la deuda, con una probable salida del euro”, afirma. Sergi Cutillas ha participado en el libro “¿Por qué no debemos pagar la deuda? Razones y alternativas” (Icaria), con un artículo, firmado junto a Uli Wessling, que lleva por título “La deuda en España”.
P-El gobierno griego ha anunciado la constitución de una Comisión internacional que auditará la deuda pública del país (actualmente el 177% del PIB), dirigida por Éric Toussaint, portavoz del Comité de Abolición de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM). ¿Cuáles son los principales rubros a los que pueden acogerse los auditores para declarar ilegítima una parte de la deuda?
El destrozo social y económico que han supuesto los dos planes de rescate de la Troika, que han aumentado astronómicamente el peso de la deuda, han rescatado y protegido a los grandes bancos y acreedores privados europeos con dinero público y han impuesto políticas en contra de las leyes soberanas del país heleno. Con estos rescates y sus condicionalidades han sido violados numerosos tratados y convenciones internacionales sobre derechos humanos y derechos fundamentales, tales como el derecho a la sanidad, a la educación, a la vivienda, a la seguridad social, a un salario justo, pero también a la libertad de asociación y a la negociación colectiva. Todo esto podía ser evitado.
Informes jurídicos y académicos diversos confirman que la responsabilidad legal de la Troika en la violación de los derechos de la población griega es total, puesto que está implicada en todos los niveles de la elaboración y aplicación de los acuerdos. Grecia estaba bajo la tutela de sus acreedores y sin ningún margen de maniobra ni soberanía.
Algunos casos a analizar en profundidad serán la deuda contraída durante la dictadura de los coroneles; el escándalo de los sobrecostes de los Juegos Olímpicos de 2004, el coste de los submarinos alemanes defectuosos y los contratos firmados con Siemens. Éstos últimos tienen especial importancia ya que la multinacional alemana está acusada —tanto por la justicia alemana como por la griega— de haber pagado comisiones y otros sobornos al personal político, militar y administrativo griego por cerca de 1.000 millones de euros. Otro caso flagrante es el de Goldman Sachs, el banco estadounidense acusado de maquillar el endeudamiento de Grecia en los años precedentes a la crisis. Esto permitió el endeudamiento y el expolio sin posibilidad de la población de conocer lo que estaba pasando.
P-Antes de realizarse la auditoría, y a grandes rasgos, ¿qué factores explican la deuda griega? ¿Puede hablarse de un “agujero fiscal” que beneficia a las clases privilegiadas?
En efecto, el crecimiento de la parte pública de la deuda es más antiguo que los rescates de la Troika. Después de la deuda heredada de la dictadura de los coroneles, el recurso al préstamo sirvió desde los años noventa para rellenar el agujero producido en las finanzas públicas por la reducción del impuesto de sociedades y sobre las rentas más altas.
Además, la deuda del sector privado que se incrementó aceleradamente durante los años 2000 también benefició a los más poderosos. Las familias, a las que los bancos y todo el sector comercial privado (gran distribución, automóviles, construcción…) proponían condiciones tentadoras de compra, recurrieron al endeudamiento masivo, así como las empresas no financieras y los bancos que podían obtener préstamos a bajo coste. Este endeudamiento privado fue el motor de la economía del país. Ahora vemos también que el daño se distribuye, como las ganancias, de forma desigual.
P-Las plataformas por la auditoría de la deuda suelen referirse a ésta como un “negocio”; se argumenta que el principal se ha pagado sobradamente con la suma de intereses abonados. ¿Es válido este razonamiento para el caso griego?
En el caso de Grecia no han sido los intereses altos la principal manera de extraer riqueza. Obviamente esa es una parte, ya que cuando la deuda es grande, aunque los intereses sean bajos el beneficio puede ser sustancioso. Desde la creación de los primeros sistemas modernos de emisión de deuda, en la España de los Austrias, esto ha sido un negocio redondo para la banca.
En el caso de Grecia el negocio, como lo llamas, ha sido en malversar dinero público, generar sobrecostes a favor de unos pocos… y también dejar la deuda de la que se benefician los acreedores. A pesar de eso, como vemos los bancos se han quitado esta deuda de encima porque el riesgo de impago era elevadísimo y no les compensaba. Ahí el negocio está en el rescate público. En esta crisis estamos viendo el capitalismo real, muy diferente al teórico basado en competencia y asunción de riesgos. En el capitalismo real las grandes empresas hacen beneficios y pasan las pérdidas y los riesgos al estado.
P-¿Para qué han servido los sucesivos planes de rescate? ¿Son parte de este mecanismo que hace funcionar la deuda como un gran negocio?
Los préstamos concedidos a partir de 2010 a Grecia por los miembros de la Unión Europea y el FMI no sirven en absoluto a los intereses de la población griega, todo lo contrario, ya que los planes de austeridad implantados comportan múltiples perjuicios a los derechos sociales de la población. De acuerdo con estos efectos, el concepto de «deuda ilegítima» debería ser aplicado a estas deudas y su reembolso repudiado.
Por ejemplo los rescates han conllevado la reducción de los salarios de aproximadamente un 25%. Ha habido despidos masivos. Los convenios colectivos fueron suprimidos y la temporalidad e interinidad se establecieron como nueva norma laboral. De cada 5 jubilaciones de funcionarios, 4 no son reemplazados. Las subvenciones de desempleo, de ayuda a la pobreza y para familias numerosas han sido reducidas o suspendidas.
También ha habido subidas de impuestos, sobre todo de los indirectos como el IVA que se sitúa en el 23%. También se ha subido el impuesto de la renta a la clase media. Estos impuestos no afectan a la población más rica.
Se han llevado a cabo planes para privatizar los puertos, los aeropuertos, los ferrocarriles, la distribución de agua y de electricidad, el sector financiero y las tierras que pertenecen al Estado. Algunos de estas privatizaciones, como la del puerto del Pireo fue parada por el nuevo gobierno de Syriza, aunque no sabemos si podrá hacerlo definitivamente, ya que el gobierno depende de los fondos de la Troika, que le exige que continúe adelante con estas reformas neoliberales.
Otro sistema que ha sido dañado es el de las pensiones de jubilación. Éstas han sido reducidas, la edad de jubilación ha aumentado, lo mismo que el número de años cotizados, que pasó de 37 a 40 años en 2015. Su monto es calculado sobre el salario medio de la totalidad de los años trabajados y no sobre el último salario. También para los jubilados del sector privado se eliminan las dos pagas extras anuales. Imposición de un límite de gastos dedicados a las pensiones, que no pueden sobrepasar el equivalente del 2,5% del PNB.
Las tarifas del transporte público aumentaron un 30%.
Todas estas medidas son anti-redistributivas. Solo asumen la carga las gentes trabajadoras y las clases medias, que dependen de las pensiones públicas, del transporte público, que viven de un salario y no de rentas. Es un ataque frontal, no sólo al bienestar, sino a la democracia. En Grecia nació la democracia occidental y la palabra democracia es griega. No es casualidad que el ataque haya sido tan cruel. Hay un componente simbólico, un mensaje que nos envían las élites que arrasan Grecia: La democracia se ha acabado. Tenemos que luchar para que Grecia resista.
P-¿Qué formato adoptará esta Comisión? ¿Se tomará algún referente, por ejemplo, las auditorías de la deuda realizadas en Ecuador y Argentina?
Sí, Ecuador será un referente claro. Éric Toussaint, Maria Lucía Fatorelli o el Observatorio de la Deuda en la Globalización son algunos de los actores que ya participaron en la CAIC de Ecuador y participarán también en la auditoría de la deuda griega. El objetivo es realizar una auditoría integral, como en Ecuador.
La comisión la crea la Presidenta del parlamento Zoe Konstantopoulou. La semana que viene nos reuniremos e iniciaremos el trabajo. En unos días la cosa irá tomando forma.
P-¿Qué importancia tienen las “reparaciones de guerra” que el gobierno griego exige a Alemania por la ocupación producida durante la segunda guerra mundial? ¿Están cuantificadas?
El profesor Vicenç Navarro escribía esta semana un artículo recomendable sobre el tema, basándose en datos extraídos del trabajo de Conn Hallinan: “Greece: Memory and Debt” (Znet Magazine, 18.03.15). En estos textos se menciona que la estimación en euros de hoy día de los daños no restituidos sería de unos 677.000 millones de euros. Esto equivale al doble de la deuda pública de Grecia. Estas cifras son muy abultadas y parecen una provocación por parte de Grecia después de los años que han pasado. Pero si uno toma de referencia la doctrina neoliberal del ‘no perdonar ni un céntimo’ que se aplica con Grecia, Grecia está en su total derecho, moral y legal, de exigir que se le pague por estos daños.
P-¿Ha contribuido el gasto militar del país heleno, por su importancia comparativa en el contexto europeo y de los países de la OTAN, a que la deuda se disparara? ¿Es susceptible de declararse ilegítima una parte de ese endeudamiento?
En efecto, desde hace décadas, muchos préstamos permitieron financiar la compra de material militar, principalmente a Francia, Alemania y Estados Unidos.
Numerosos contratos firmados entre las autoridades griegas y las grandes empresas privadas extranjeras provocan el escándalo desde hace varios años en Grecia. Estos contratos implicaron un aumento de la deuda. Podemos citar varios ejemplos que saltaron a los titulares en Grecia:
Por ejemplo, como ha escrito Éric Toussaint, hay varios contratos sospechosos firmados con la transnacional Siemens, acusada —tanto por la justicia alemana como por la griega— de haber pagado comisiones y otros sobornos al personal político, militar y administrativo griego por un monto de cerca de 1.000 millones de euros. El principal dirigente de la firma Siemens-Hellas, que reconoció haber «financiado» a los dos grandes partidos griegos, huyó en 2010 a Alemania, y la justicia alemana rechazó el pedido de extradición realizado por la justicia griega. Estos escándalos incluyen la venta, por Siemens y sus asociados internacionales, del sistema antimisil Patriot (en 1999, con 10 millones de euros de sobornos), la digitalización de los centros telefónicos de la OTE (Organismo Griego de Telecomunicaciones) (sobornos por 100 millones de euros), el sistema de seguridad «C4I» comprado con ocasión de los JJ OO de 2004 y que nunca funcionó, la venta de material a los ferrocarriles griegos (SEK), la venta del sistema de telecomunicaciones Hermes al ejército griego y de equipamientos costosos a los hospitales de ese país.
Otro caso escandaloso es el de los submarinos alemanes (producidos por HDW, que fue absorbida por Thyssen) por un valor global de 5.000 millones de euros —submarinos que desde el comienzo mostraron tener varios sistemas defectuosos. Una investigación judicial sobre las eventuales responsabilidades (corrupción) de ex ministros de defensa está en curso.
Como también ha escrito Toussaint, después del estallido de la crisis, el lobby militar-industrial respaldado por los gobiernos alemanes, francés y por la Comisión Europea consiguió que el presupuesto de defensa apenas estuviera tocado, al mismo tiempo que el gobierno del PASOK comenzó a recortar los gastos sociales. Sin embargo, en plena crisis griega, a comienzos de 2010, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro turco, país que mantiene unas tensas relaciones con su vecino griego, fue a Atenas y propuso una reducción del 20% en el presupuesto militar de ambos países. El gobierno griego no se cogió al salvavidas que le echaron. Se sentía presionado por las autoridades francesas y alemanas que deseaban garantizar sus exportaciones de armas.
En proporción, Grecia gasta muchísimo más en armamento que los otros países de la Unión Europea. Los gastos militares representan el 4% del PIB griego frente al 2,4% para Francia, 2,7% para el Reino Unido, 2,0% para Portugal, 1,4 % para Alemania, 1,3% para España, 1,1% para Bélgica. En 2010, Grecia compró a Francia seis fragatas de guerra (2.500 millones de euros) y dos helicópteros de combate (400 millones de euros). A Alemania le compró 6 submarinos por 5.000 millones de euros. Grecia fue uno de los cinco más grandes importadores de armas en Europa entre 2005 y 2009. La compra de aviones de combate representó el 38% del volumen de las importaciones, en particular con la compra de 26 F-16 (a Estados Unidos) y 25 Mirages 2000 (a Francia), este último contrato por un valor 1.600 millones de euros. La lista de equipamientos franceses vendidos a Grecia no acaba aquí: también se compraron vehículos blindados (70 VBL), helicópteros NH90, misiles MICA, Exocet, Scalp y «drones» Sperwer. Las compras de Grecia la convirtieron en el tercer cliente de la industria armamentística francesa durante la última década.
P-Además de la sangría en términos sociales, sobre la economía griega se ceban problemas como la fuga de capitales (20.000 millones de euros desde diciembre); vencimientos de la deuda pública, presiones del Banco Central Europeo (BCE) acerca de una posible salida del euro. ¿Cuál es el margen de maniobra?
Es pequeño. Nos llega información de que el estado griego tiene serios problemas de caja, y de que en las próximas semanas se le va a acabar el dinero para afrontar sus pagos. Se le exigen reformas neoliberales que no quiere llevar a cabo, por supuesto, pero a la vez necesita el dinero que sólo le pueden proporcionar las “instituciones” (antes Troika), a no ser que rompa con el euro y busque alternativas fuera de la eurozona. Más pronto que tarde el gobierno griego deberá decidir entre austeridad o impago de la deuda, con una probable salida del euro. Parece que la UE ya estudia la implementación de controles de capitales en el país. Grecia no debe dejar que la tutelen, y su gobierno deberá luchar por su soberanía. Si eso supone implementar los controles de capitales y el impago de la deuda de forma unilateral, que así sea. Eso será mejor que aplicar la austeridad como le exigen.
Esperemos que la auditoría de la deuda permita llevar a cabo este paso con el apoyo de la opinión pública occidental, cosa que lo haría más fácil, ya que estos argumentos facilitarían que el proceso fuera negociado y más ordenado, evitando así el daño que puede suponer dentro y fuera de Grecia. Pero como hemos visto, la buena voluntad del gobierno no está sirviendo para que la otra parte ceda en nada. Las cosas no dependen solo del gobierno griego.
P-¿Tiene razones el gobierno griego cuando esgrime las quitas sobre la deuda de las que históricamente se ha beneficiado Alemania tras las dos guerras mundiales? Si es así, ¿qué importancia tuvieron? ¿Explican el “milagro” alemán” posterior a la segunda guerra mundial?
Sí, tiene toda la razón. A Alemania se le perdonó la mayor parte de su deuda por razones geopolíticas. Los Estados Unidos necesitaban un país, aliado fuerte, desde el que poder gestionar el bloque capitalista en la Europa continental, y así mantener a raya a la Unión Soviética.
Como han explicado los compañeros y compañeras del CADTM, la deuda reclamada a Alemania correspondiente al período anterior a la guerra se elevaba a 22.600 millones de marcos incluidos los intereses. La deuda de la posguerra se estimaba en 16.200 millones de marcos. Por un acuerdo alcanzado en Londres el 27 de febrero de 1953, estos montos se redujeron a 7.500 millones y 7.000 millones de marcos, respectivamente. Lo que representó una reducción del 62,6 %.
El acuerdo establecía la posibilidad de suspender los pagos y renegociar las condiciones de éstos si se presentaba un cambio substancial que limitara la disponibilidad de recursos.
Para garantizar que la economía de Alemania occidental realmente se relanzara y constituyera un elemento estable y central en el bloque atlántico frente al bloque del Este, los aliados acreedores hicieron grandes concesiones a las autoridades y empresas alemanas, que fueron mucho más allá de la reducción de la deuda. Se partía del principio de que Alemania debía estar en condiciones de reembolsar la deuda manteniendo un alto nivel de crecimiento y una mejora de las condiciones de vida de la población. Pagar sin empobrecerse. Con este fin, los acreedores acordaron:
1.- que Alemania reembolsara en su moneda nacional, el marco alemán, lo esencial de la parte que se le reclamaba.
2.- que al comienzo de los años cincuenta, mientras el país todavía tenía una balanza comercial negativa (el valor de las importaciones es mayor que el de las exportaciones), las potencias acreedoras aceptaban que Alemania redujera sus importaciones puesto que podía producir muchos bienes que antes importaba. Al permitir que Alemania sustituyera importaciones por bienes de producción propia, los acreedores aceptaban reducir sus exportaciones hacia este país. En el período 1950-1951, el 41 % de las importaciones alemanas provenían del Reino Unido, de Francia y de Estados Unidos. Si se suma a esta cifra la parte de las importaciones provenientes de otros países acreedores participantes de la conferencia (Bélgica, Países Bajos, Suecia y Suiza), la suma total llegaba hasta el 66 %.
3.-que los acreedores autorizaban que Alemania vendiera sus productos en el extranjero, estimulando incluso sus exportaciones, con el fin de conseguir una balanza comercial positiva. Estos diferentes elementos estaban consignados en la declaración antes mencionada. «La capacidad de pago de Alemania, a sus deudores privados y públicos, no significa sólo la capacidad de efectuar los pagos regularmente en marcos alemanes sin consecuencias inflacionarias, sino también que la economía del país pueda cubrir sus deudas teniendo en cuenta su balanza de pagos actual.
P-Por último, ¿tiene la batalla por la auditoría de la deuda un carácter eminentemente político? ¿Cómo explicarías estos procesos de endeudamiento en términos sencillos, para que pudieran contar con apoyo popular?
Cuando hablamos de deuda o de economía no hablamos de cosas raras, de extraterrestres. Las relaciones económicas son relaciones humanas, que son más sencillas de lo que nos hacen creer. El vocabulario y las matemáticas hacen que todo parezca muy complicado, pero en realidad no lo es. Se reduce a un tema de poder. Son tratos o compromisos tomados en situaciones de desigualdad y coacción. Como hay miedo a que me hagan daño, cumplo y pago, aunque yo y mis hijos dejemos de comer.
Si tengo el poder puedo usar los recursos de todos y beneficiarme, porque puedo hacer que se hagan leyes a mi favor, tengo a la policía y a los jueces que defienden mis propiedades, etc. Y cuando estas propiedades están en peligro por una crisis, movilizo mis influencias y poder para que el bien común sirva de paraguas para los que ven peligrar sus fortunas. Esto hace que las crisis hagan que incluso los poderosos acumulen más poder con ellas.
Para transmitir esto de forma sencilla acabamos de estrenar un cortometraje en el que usamos la metáfora del bullying (acoso escolar) entre adolescentes para representar el abuso que se lleva a cabo con la deuda y las finanzas. Lo podéis encontrar en la web: emdeus3000entrepans.org. Está hecho en Barcelona, por lo que el rodaje se hizo en catalán, pero tiene subtítulos en castellano, italiano, portugués e inglés. Mucha gente nos felicita por lo claro que es el mensaje y lo bien que se identifica el problema de la deuda. Es sencillo, es bullying de los matones a los menos poderosos. Pero viendo el cortometraje veréis que hay esperanza, y que estamos en camino de liberarnos de la Deudocracia.