Opinión | Público | Reforma de la gobernanza europea… ¿Un futuro sin energías fósiles, paraísos fiscales y «hombres de negro»?


Protestas del personal sanitario en Portugal por las condiciones de trabajo, choque de trenes en Grecia, que se salda con 57 muertos, oleada de huelgas en Francia por la reforma de las pensiones… Todos estos hechos convergen en el mismo punto: las reglas fiscales de los tratados europeos y su reguero de administraciones en muletas que no alcanzan a responder a las necesidades básicas de sanidad, infraestructuras o pensiones.

Hoy se reúnen las y los ministros de finanzas de los estados miembros en Bruselas para opinar sobre la propuesta de reforma del marco de gobernanza económica europea que la Comisión Europea (CE) presentó en noviembre del año pasado. Tres años después de la emergencia sanitaria del COVID 19, y después de casi dos años de inversión y ayudas públicas dirigidas a la recuperación económica, los Estados miembros de la Unión Europea tienen que decidir cómo será la vuelta al Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).

Hablamos de la máxima sacrosanta de no superar el «3% de déficit» y «60% de deuda pública» en aras de la estabilidad de la economía europea y del euro. Recordemos que gracias a la «cláusula de escape», estas reglas fueron congeladas desde la pandemia, permitiendo a los Estados gastar en ERTE (ayudas para el empleo), adquisiciones de vacunas, rescates empresariales, subvenciones al diésel y la gasolina, entre otras. Como consecuencia, a la cita los países llegan con un alto nivel de endeudamiento, en el caso del Estado Español con una deuda pública del 116% del PIB, con las grandes corporaciones con beneficios históricos, y con buena parte de la ciudadanía europea en apuros.

Ahora bien, según la Comisión llega el momento de saldar las cuentas y pensar cómo volver al PEC. A pesar de ser una propuesta continuista, ésta reconoce que no sería recomendable volver a reglas fiscales demasiado rígidas y repetir los errores de la crisis de 2008. Reconoce también que en un contexto de emergencia climática habrá que asegurar las inversiones públicas en la transición verde y digital. Asimismo, en un contexto de crisis y guerra también tendrían prioridad las controvertidas inversiones en seguridad energética y armamento.

Además, se simplifican cálculos y procedimientos, por ejemplo, se extrae del cómputo de déficit los costes de desempleo -gasto procíclico- y la valoración se realiza sobre la capacidad fiscal de los países y no solo del gasto. Si el país sigue altamente endeudado, las medidas correctivas serían más «suaves» y reputacionales a la hora de rendir cuentas frente a las instituciones europeas. En definitiva, habrá que apretarse el cinturón pero con más flexibilidad, ciertos gastos fuera del ajuste y un barniz democrático todavía por definir, ya que estos planes de ajustes serán pactados sin los parlamentos nacionales y serán de obligado cumplimiento para todos los países.

Dos lecciones: de las mareas al Keynes disfrazado de verde

Cuando estalló la crisis de la burbuja inmobiliaria en 2008, las cuentas públicas entraron en números rojos a fuerza de pagar subsidios de desempleo y rescatar bancos y empresas.

La realidad es que la especulación de los mercados disparó la prima de riesgo y Europa acudió con rescates a los denominados PIGS (cerdos) -Portugal, Italia, Grecia y España- a cambio de recortes. El gobierno de Zapatero cambió la Constitución (artículo 135) para aplacar a los mercados y el del PP se aplicó con esmero con las tijeras, mientras rescataba a la banca con más de 65.000 millones -con la idea de que la Sareb no nos costara un duro-. El resto es conocido: crisis brutal de cuidados, desempleo y emigración. Y mucha indignación que impulsó el 15M, pero también marchitó el proyecto europeo y dio alas a la extrema derecha. La lección de aquella época fue que las reglas fiscales, no evitaron la burbuja especulativa del ladrillo y agravaron la gestión posterior con una enorme socialización de pérdidas. Por el contrario, la salida de la pandemia ignoró las reglas fiscales y el keynesianismo verde ha tenido más propósito y capacidad de amortiguar los impactos sociales, pero no ha resuelto las contradicciones del modelo económico.

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Autores: Nicola Scherer, Sara Bourehiyi i Carlos García Paret
Imatge: Pexels
Data: 14/03/2023
Enllaç:  https://blogs.publico.es/otrasmiradas/69755/reforma-de-la-gobernanza-europea-un-futuro-sin-energias-fosiles-paraisos-fiscales-y-hombres-de-negro/

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