Más de 1.500 representantes de organizaciones sociales se han dado cita el fin de semana en un foro previo a la conferencia internacional de la ONU en Sevilla.
Sevilla no se acaba en Sevilla. Este es el lema oficioso que repiten los representantes de la sociedad civil que están presentes este fin de semana en la capital andaluza con motivo de la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo organizada por la ONU, y con el que evidencian su descontento hacia el contenido de sus conclusiones. El Compromiso de Sevilla —el documento que recoge el resultado de las negociaciones para conseguir la democratización de la gobernanza económica global y la transformación hacia un sistema financiero más justo— no cumple, según estas organizaciones, con las expectativas que los países del Sur Global habían trasladado.
En el Foro de la Sociedad Civil, una antesala de la cumbre de la ONU en la que han participado más de 1.500 personas de organizaciones sociales de todo el mundo, los debates se han centrado en los asuntos que, a su juicio, el Compromiso de Sevilla obvia. Los participantes abogan por abrir sendas que apuntalen la reforma del sistema internacional de cooperación o la arquitectura de la deuda y garantizar que los compromisos adquiridos no queden en papel mojado. El foro paralelo tiene previsto concluir este domingo a las 19.30, con una marcha que discurrirá por el centro de la capital andaluza.
Menos controversia genera el contenido del Compromiso en materia de fiscalidad. “Hay nuevas promesas como la equidad de género, algo bastante nuevo y que no se encuentra en otros apartados”, señala Nicola Scherer, investigadora del Observatorio de la Deuda en la Globalización, y destaca los avances sobre la voluntad de crear una mayor transparencia internacional en el sistema tributario. “Es positivo porque se relaciona con la necesidad de combatir los flujos ilícitos de dinero o los paraísos fiscales”.
Scherer también destaca la mención a que las empresas paguen sus impuestos en los países donde operan, además de señalar a las personas más ricas, como sujetos impositivos. “Defendemos que la recaudación de manera justa del dinero, los sistemas progresivos de fiscalidad o el control de los flujos de dinero no son solo un tema de los países del Sur Global”, sostiene.