MidCat o cómo resucitar proyectos gasistas en un contexto de crisis energética | Climática


A raíz de la guerra en Ucrania, el olvidado gasoducto que pretende conectar el Estado español y francés a través de los Pirineos catalanes vuelve a sonar con fuerza. El investigador del Observatori del Deute en la Globalització Josep Nualart explica las claves de este proyecto.

Desde que Rusia inició la invasión de Ucrania hemos visto como la estrategia energética de la Unión Europea ha cambiado por completo. Hemos pasado de una transición energética hacia las renovables, a una transición volviendo a poner a los combustibles fósiles en el centro de atención. Marcado por el miedo al corte de suministro de gas fósil por parte de Rusia –el mayor importador de este combustible fósil al continente europeo–, la estrategia de transición se ha convertido en una política de seguridad energética. Como consecuencia, se han resucitado viejos proyectos y propuesto para nuevas infraestructuras de interconexión gasista entre los Estados miembro. En el caso del Estado español, el que más se ha escuchado en la esfera política y pública es el MidCat.

¿Qué es exactamente el MidCat?

El MidCat es un gasoducto que pretende conectar el Estado español y francés a través de los Pirineos catalanes. Sería la tercera interconexión entre ambos Estados, ya que existen otras dos en el País Vasco y Navarra. Este gasoducto tendría una capacidad de 7,5 bcm, que es aproximadamente el 20% del gas fósil consumido en el Estado español en 2021 y un 4% de las importaciones de gas fósil ruso por parte de la Unión Europea ese mismo año.

El MidCat es un proyecto que viene de lejos. Entre noviembre de 2010 y marzo de 2011 ya se construyó un primer tramo de 88 kilómetros entre los municipios de Martorell y Hostalric, pero nunca ha entrado en operación. Cabe destacar que a lo largo de los años el proyecto ha cambiado de nombre y también su configuración.

En 2013 se denominaba Gasoducte Martorell-Figueres y tenía que servir para conectar estos dos municipios. En 2015, España y Francia acordaron ampliar su alcance a través de la Declaración de Madrid para que conectara las regiones de Cataluña y Midi, adquiriendo el nombre con el que se le conoce actualmente, MidCat. Por último, en 2017, el proyecto se convirtió en una red de gasoductos entre ambos países cambiando el nombre del gasoducto original por Southern Transit East Pyrenees (STEP). Con todos estos cambios, se pasó de un gasoducto de 75 kilómetros de largo a la planificación de una red de gasoductos con más de 1.200 kilómetros.

El proyecto MidCat se había incluido en las tres primeras ediciones de la lista de Proyectos de Interés Común (PIC) de la Unión Europea en los años 2013, 2015 y 2017. Aunque en enero del 2019 los reguladores de la energía española y francés –la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Commission Regulator de l’Énergie (CRE)– desestimaron el requerimiento de inversión presentado por las empresas promotoras –Enagás y Teréga– por diversas razones, el análisis de coste-beneficio no mostraba claramente que los beneficios superasen los costes en los escenarios más probables.

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Autor: Josep Nualart
Fecha: 18/10/2022
Foto: Reuters
Enlace: https://www.climatica.lamarea.com/midcat-resucitar-proyectos-gasistas/

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