La propuesta de Aena pretende alargar la tercera pista en los terrenos de la laguna de la Ricarda, uno de los pocos pulmones naturales que quedan en el Delta del Llobregat, para conseguir aumentar el techo de pasajeros de 55 millones a 70. Eso supondría un 33% más de emisiones de CO2 al año.
La entrada de la finca de la Ricarda se bifurca en dos caminos. A la izquierda algunas adelfas, pinos y la Torre de la Ricarda, que los propietarios —la familia Bertrand—llaman ‘la casa vieja’.
En frente, campos.
A la derecha, muchos más pinos piñoneros y el zumbido de las cigarras en un día caluroso de verano. Un sonido que cada pocos minutos queda aplastado por el rugir de los motores de los aviones, despegando o aterrizando en el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat. Cada uno de los pasajeros que van en esos aviones esparcen “una mochila de una media de 600 kg de CO₂”, en palabras de Alfons Pérez, autor de Pactes verds en temps de pandèmies. El futur es disputa ara [Pactos verdes en tiempos de pandemias. El futuro se disputa ahora] y miembro del Observatori del Deute en la Globalització (ODG), que a su vez forma parte de ZerØport, una plataforma a favor del decrecimiento del puerto y el aeropuerto de Barcelona.
La Torre de la Ricarda todavía está habitada. En la planta baja vive el antiguo masovero, Luis Martínez, de 94 años, y su mujer, Catalina Cánovas, de 88. En las plantas superiores residen familiares de los Bertrand. Josep Lluís, el hijo de Luis, ya no vive allí, pero se pasa el día trabajando esas tierras, cultivando los campos de avena, alfalfa y cebada que luego vende como forraje para animales. Guarda también un pequeño retazo con melones, judías, tomates cherry y otras frutas y verduras para consumo propio.
Si se cumplen los ritmos de Aena, faltan apenas un par de meses para que se decida si esos campos, junto con otra parte importante del espacio natural de la laguna de la Ricarda, quedan sepultados por el asfalto de la tercera pista del aeropuerto de Barcelona. Porque en septiembre debe aprobarse en el Consejo de Ministros el plan aeroportuario para los próximos cuatro años, que incluiría la propuesta de ampliación con la terminal satélite para vuelos de larga distancia y 500 metros más para la tercera pista —los que engullirían parte de los terrenos de la laguna— para reforzar el despegue de aviones de rutas transoceánicas.
Autor: Alícia Fàbregas
Publicado: 3 de agosto
Foto: Alícia Fàbregas
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