El megagasoducto Eurocaspian gaspipeline pretende llevar gas desde el Mar Caspio hasta Italia. Es un de los ejemplos de los proyectos de Seguridad Energética de la UE que tiene por objetivo diversificar sus proveedores de gas disminuyendo así la alta dependencia de Rusia. Este gasoducto promovido por British Petrolium recibe apoyo de dinero público a través del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y el Connecting Europe Facilities (CEF) , fondos de ayuda a los proyectos de interés común de la UE. El gasoducto ha despertado numerosas críticas por su elevado coste y por los impactos socioambientales que puede provocar en su trazado de más de 4000km de longitud. Además, los EEUU dan apoyo incondicional a su construcción por ser una oportunidad de conectar economías de las ex-repúblicas soviéticas a la UE, ejerciendo así un contrapoder a la Rusia de Putin.
Por su significación a diferentes niveles, el Observatorio de la Deuda en la Globalización hará un seguimiento de esta megainfraestructura, planificada para inicios de 2015.